Los medios de difusión y el gobierno se han dado a la tarea de desprestigiar la justa paralización de los agricultores, quienes al calor de la movilización demandan del gobierno el control en el precio del amónico y fertilizantes, la no privatización del agua y créditos.
Los muertos de Arequipa, Barranca y Ayacucho son el resultado de una política represiva y de criminalización de la protesta. Responsabilidad del aprismo y los exportadores agrarios al no dar solución
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