Ética y política no son simplemente teorías sobre las que los hombres dedican su estudio y se ponen o no de acuerdo. Son un hecho que no hay que demostrar. Todos los días tomamos opciones éticas o políticas porque no vivimos en soledad sino en comunidad. Nuestra naturaleza es plenamente social.
ETICA
La ética hace referencia a aquellas pautas interiorizadas por el individuo quien se las auto impone no como obligación sino como necesidad, por el simple hecho de provenir o formar parte de "lo bueno", es decir una ciencia normativa, del “deber ser”, pero que debe siempre ser aplicable en la realidad, por tanto la ética es “un ideal”. Hablar de ética es hablar del bien y del mal , es establecer criterios de acción buenos y malos y una evaluación de sus motivos y sus consecuencias.
POLITICA
La política es, antes que nada, una actividad humana, es una actividad que se ejerce por las personas y como tal está regida por la moral, que regula la conducta humana en cuanto al bien y al mal. La política es la ciencia social y práctica cuyo objeto es la búsqueda del bien común de los integrantes de una comunidad.
la política es mala si utiliza procedimientos y medios impropios para fines supuestamente justos y democráticos. La mala política es, en una palabra, la política corrupta. También es mala la política que no se dedica a combatir el mal del mundo: las injusticias, las catástrofes, los privilegios, la violencia, la discriminación, el terror
Como hablamos de ética, es justo aclarar que no es necesario ser filósofo, novelista o político; y ni siquiera tener un dedo de frente, para darnos cuenta que la inmoralidad viene de arriba. Las leyes son elaboradas por la inteligencia de los legisladores e interpretadas por la excelencia ética de los magistrados. Si falla el estamento jurídico: la institución, o instituciones a que obliga a la práctica y el funcionamiento de la ley, no sorprende que falle el Estado. Y las fallas del estado, cuando se vuelven una constante, proceden del evidente vicio institucional que tiene origen con trasfondo de corrupción.
La corrupción, la falta de justicia, la inseguridad ciudadana, la violencia por la violencia misma, el tráfico de influencia, la prostitución y la falta de capacidad e interés para el manejo de las tareas del Estado, es resultado de una aguda postración ética en la estructura institucional que determina la política.
Tristemente es en el ejercicio político del poder, y en la práctica de los negocios, aquellos espacios en donde más se atropella la ética. Ambas actividades son fundamentales y rectoras en la vida de los estados, y por lo mismo, influyentes catalizadores del bien o el mal de las sociedades. Aquí volvemos al asunto de las leyes: son pensadas, articuladas y propuestas, por hombres que a través de la acción política, tienen que ver con su aprobación. Casi siempre, forman parte de una cultura política, de una intención de gobierno, de un interés de grupo, o grupos, que son los beneficiarios de la ley.
ETICA Y POLITICA: TEMA PARA REFLEXIONAR ________________________________________
El Perú, ésta nuestra querida patria, pasa no sólo por un trance político, económico o social, si no, y fundamentalmente, por una crisis de valores, que es a fin de cuentas la crisis del sistema en que vivimos.
La inmoralidad campea en todos los sectores de la sociedad. La ETICA parece una palabra inexistente en el diccionario de la Real Academia Española y sus definiciones también en los libros de filosofía. Un vídeo mostrándonos al desnudo la denigración de un político vendiéndose al fujimorismo por $ 15,000 dólares, aceleró la caída de ese régimen, uno de los más brutalmente corruptos de nuestra patria. Punto de partida no sólo para conocer el pellejo, si no las entrañas mismas de la corrupción, de la inmoralidad, del descrédito político.
Pero, ¿es acaso la política cochina, corrupta, como lo están entendiendo la mayoría de los peruanos, a tal punto que los jóvenes, a quienes debemos involucrar en la misma a fin de renovarla con nuevos bríos, se desinteresen de participar en ella?.
NO. La política no es cochina ni corrupta. En su acepción más sencilla, la política es la actividad más noble que pueda ejercer el ser humano para servir al pueblo, teniendo como finalidad suprema satisfacer las necesidades más elementales de la población, como son: alimentación, salud, vivienda, educación, etc.
La política no es sectaria ni egoísta. Quienes participan en ella, tienen que tener primero una enorme capacidad de desprendimiento para dejar de pensar en si mismos y pensar en la colectividad. Segundo, tienen que tener el don de la vocación de servicio para “servir al pueblo de todo corazón” y no servirse de él.
En política la actitud individual y de grupo quedan de lado para subordinarse a la actitud colectiva, de todo el pueblo. Quien no piense así, está incapacitado ética y moralmente para participar en ella.
Actuar como se piensa y hacer lo que se dice debe ser el comportamiento ético de todos los políticos. Quienes actúan al reverso de estos principios simplemente estarán timando a la ciudadanía y utilizarán a la política como un instrumento de satisfacción personal, de consecución de prebendas, “prestamos”, favores; mutarán de organización en organización buscando satisfacer apetitos personales so pretexto de la unidad nacional, del desarrollo, de la estabilidad y de la gobernabilidad del paìs. Otros buscarán inmunidad política y otros buscarán su reelección aún sintiéndose apabullados por la población que los rechaza a toda costa. Hay que estar atento hoy que estamos en plena campaña electoral, se presentarán como demócratas, como defensores de los derechos humanos; utilizarán verbos acorde con el sentir de la población para ganarse su simpatía. Bailarán y beberán con gente humilde, se vestirán y dormirán como ellos, “yo soy del pueblo dirán”. Cuidado con estos oportunistas de siempre.
Estamos ad portas de las elecciones para elegir al Presidente de la República, a los cangregistas, perdón, congresistas, y por primera vez, al Parlamento Andino. Ha llegado el momento de desentoxicar y descontaminar la política de tantos politiqueros que le hacen daño y devolverle el real sentido que le corresponde. Ha llegado el momento de hacer docencia política y tener un comportamiento político decente. Esto va para los candidatos y para quienes tenemos la responsabilidad histórica de elegirlos.
Sin embargo, hacer docencia política y tener un comportamiento político decente pasa por la regeneración moral que el país necesita con urgencia. Esto implica una nueva educación que sea componente fundamental de una nueva república, con una nueva Constitución que nos oriente hacia el nuevo curso que necesitamos virar para salir del atolladero en la que nos encontramos desde que se inició la República.
Aristoteles
ÉTICA :
La ética, dice Aristóteles, tiene como objetivo alcanzar el fin propio del hombre al que se dirigen todas las actividades humanas, es decir, la felicidad. Mientras que la ética se encarga de la felicidad de un individuo la política trata de buscar la felicidad de un conjunto social; a su vez, al ser el hombre un ser sociable por naturaleza la felicidad del individuo está indisolublemente unida a la felicidad del cuerpo social al que pertenece por lo que Aristóteles concluye que la ética es, en realidad, una parte de la política y que debe estar supeditada a ella: la felicidad del conjunto social es más importante que la del individuo. POLÍTICA:
El primer concepto que se define en la “Política” es el de ciudad entendida como unidad política suprema. Mientras que todas las asociaciones buscan un fin específico particular la ciudad busca el fin supremo que implica a la totalidad: la felicidad de todos los ciudadanos
que el que vive en una casa sabe juzgarla mejor que el arquitecto así que podríamos admitir que los que viven en la ciudad, los ciudadanos, puedan juzgar los asuntos de la polis.
En todos los sistemas políticos correctos para que la ciudad no se fracture en facciones de ricos y de pobres debe haber abundancia de clase media. No importa que existan ricos y pobres siempre que unos y otros sean pocos. La clase media es la que da estabilidad al sistema político pues es enemiga de las revoluciones. Otra virtud de la clase media es que en la ciudad en donde todos tengan suficiente para vivir bien sin lujos excesivos no se producirá la envidia entre los ciudadanos y reinará la concordia social que permitirá una convivencia pacífica.
Ética para Platón
La teoría ética de Platón descansa en la suposición de que la virtud es conocimiento y que éste puede ser aprendido. Dicha doctrina debe entenderse en el conjunto de su teoría de las ideas. Como ya se ha dicho, la idea última para Platón es la idea de Dios, y el conocimiento de esa idea es la guía en el trance de adoptar una decisión moral. Mantenía que conocer a Dios es hacer el bien. La consecuencia de esto es que aquel que se comporta de forma inmoral lo hace desde la ignorancia. Esta conclusión se deriva de su certidumbre de que una persona virtuosa es realmente feliz y como los individuos siempre desean su propia felicidad, siempre ansían hacer aquello que es moral.
Maquiavelo
Maquiavelo consideraba a la acción política como muy superior a la mera reflexión y, si buena y digna era la tarea que correspondía a los pensadores políticos, mucho más apasionante y noble era la de aquellos que dedicaban su vida a la realización de ese bien que los primeros enseñaban a poner en práctica.
A Maquiavelo la religión nunca le interesó como un fin en sí mismo, sino sólo como instrumento de manipulación política. Él creía que los relatos religiosos, analizados desde el punto de vista de su contenido, eran más bien "pura cháchara" y "pura superstición", pero en ningún caso resultaban indiferentes para el poder, y desgraciado el político que lo ignorase.
La propuesta de Maquiavelo se levanta como se levantaron años más tarde las ciencias, contra lo establecido, su fuerza no está en la argumentación ilusoria de quien pretende convencer con el discurso; sus proposiciones están presentadas bajo criterios empíricos para ser refutadas o validadas por la realidad y no por el juego arbitrario del romanticismo que pretende ocultar en la ética una realidad que supera cualquier consideración moral para presentarse como marco referencial absoluto del ser.
Para Maquiavelo la política y la sociedad no es una creación natural, sino humana, con ello invita a su cambio y modificación, entrega la condición de vida no a la suerte de la bendición divina, sino a la sagacidad y fuerza del hombre para diseñar su vida, es un llamado a la acción para quien tiene espíritu de libertad o sed de poder; emplazando a los hombres al terreno de la práctica con la tutela de la teoría de la práctica, de lo real, de lo empírico, de lo que es, independiente del deber ser, pues el que se impone es el grito de la realidad sobre la el silencio cósmico del deber.
El hombre es un ser libre:
El hombre es un ser libre, con capacidad de autodeterminación, es decir, capaz de obrar luego de una libre elección. Esta elección se lleva a cabo como resultado de un conocimiento que define el carácter de una conducta, ya que está vinculado con una conciencia moral que aprueba o desaprueba un determinado acto.
Tanto la moral, como el derecho y los usos sociales, forman parte de un todo mayor: la ética. Hablar de ética es hablar del bien y del mal. La ética no es una abstracción, es el otro. Cada acto está obrando directa o indirectamente sobre una vida: "Nunca se roba algo, se le roba a alguien".
La moral hace referencia a aquellas pautas interiorizadas por el individuo quien se las autoimpone no como obligación sino como necesidad, por el simple hecho de provenir o formar parte de "lo bueno".
El derecho es el conjunto de normas emanadas por un órgano competente. Las mismas constituyen una prescripción, o sea la imposición de la voluntad de la autoridad normativa sobre la voluntad del sujeto o destinatario.
Los usos sociales recogen comportamientos deseables y aprobados por una comunidad, es decir costumbres sociales. Son normas consuetudinarias.
El hombre, por naturaleza tiene la capacidad de perfeccionarse y de superarse día a día, por lo que tiende a alcanzar la plenitud. Para llegar a tan preciada meta como lo es la plenitud, es necesario vivir en sociedad; el ser humano necesita de los demás para construir un mundo o ambiente propicio en el cual alcanzar la plenitud, causa esencial de la felicidad.
Es por ello que el hombre necesita de la sociedad política, pues nada es pleno si no se comparte, confronta y comunica a los demás, ya que el bien es expansivo, comunicativo: "De nada sirve la sabiduría si no se la comunica mediante la educación".
El hombre se reúne en sociedad para el logro de un bien común a todos. El bien común no es el bien individual, no es la suma de la porción de felicidad de cada individuo integrante de una comunidad, pero tampoco es un bien que nada deba a las partes. Es la integración sociológica de todo lo que hay de virtud y riqueza en las vidas individuales, y que tiende a perfeccionar la vida y la libertad de persona de cada ser. No es utilidad solamente, sino fin bueno es sí mismo, sujeto a la justicia y a la bondad. Es el fin último de la vida social.
La política es la ciencia social y práctica cuyo objeto es la búsqueda del bien común de los integrantes de una comunidad. El bien común no es sólo la tarea del poder político sino también razón de ser de la autoridad política.
Por lo tanto, es el bien común el principio y fin ético de la política. Será bueno todo aquello que beneficie, tienda, acreciente o promueva el bien común. Será malo todo aquello que tienda a perjudicarlo, disuadirlo, disminuirlo, etc.
Por lo tanto una conducta será éticamente positiva siempre que el hombre encamine su vida conforme a las costumbres sociales y normas jurídicas vigentes, y cuyos principios morales, que por naturaleza indican qué es lo bueno, no queden sólo en el campo de la abstracción o el conocimiento, sino que los concrete mediante su observancia. En resumen, será una conducta acorde a la ética aquella conducta virtuosa. La virtud es la disposición constante del alma a conducirse de acuerdo al bien y a evitar rigurosamente el mal. Las virtudes que hacen ética a una conducta, y que son además indispensables en un estado democrático, son las siguientes:
Austeridad: consiste en llevar una vida modesta y de probada honradez.
Veracidad: virtud que nos conduce siempre a manifestar lo que creemos o pensamos.
Lealtad: nos obliga a ser fieles y rigurosos en el cumplimiento de los compromisos y obligaciones, en la correspondencia de afectos, etc.
Tolerancia: respeto y consideración de las opiniones ajenas. No es aprobar el error, sino simplemente, la capacidad de convivir con lo diferente.
Espíritu de Trabajo: Inclinación a realizar con entusiasmo y eficacia los labores que se emprenden.
Perseverancia: firmeza en los propósitos o en la prosecución de algo que se ha comenzado.
Caridad o Fraternidad: consiste en considerar a nuestros semejantes como hermanos. Es el amor al otro que se manifiesta mediante acciones de beneficencia y benevolencia.
Patriotismo: vínculo espiritual que nos une a la patria incondicionalmente. Se manifiesta sirviendo con amor y abnegación, alentando los ideales de la nación, reverenciando sus glorias, amando su tradición y respetando sus símbolos.
Abnegación: es un sentimiento que nos mueve a dejar de lado nuestros propios afectos o intereses en servicio de la patria, para el bien de la comunidad en general, para el bien del otro.
El ciudadano moderno, está llamado a no únicamente obedecer, sino también a configurar la política, en la democracia ese es el ideal .
Debemos irremediablemente en este tema consultar a Aristóteles, que supone a la política y a la ética en relación intima, aun y cuando la ética para el Estagirita se subordina al fin de la polis, es decir, a la política, porque no vale la sola voluntad de uno solo, sino la de todos los ciudadanos de la polis, por tanto la política permitirá que el Estado eduque a los hombres en virtud y en la justicia, "El bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo; pero se reviste de un carácter más bello y más divino cuando interesa a un pueblo y a un Estado entero" (Etica Nic. I, 2.)
Tanto la ética como la política son dos instrumentos humanos que se refieren siempre al bien del hombre, la felicidad de un ciudadano de la polis, debe constar en la felicidad del cuerpo social, la polis griega.
Pero, es importante hacer hincapié en el hecho de que nunca será puesta la ética o la política como concepciones abstractas, pro el contrario, en la práctica el mal no se le ocasiona a algo, sino a “alguien”, es una correlacionalidad, que implica la corresponsabilidad de los dos elementos, de la política y de la ética, así como de uno con el otro.
La ética hace referencia a aquellas pautas interiorizadas por el individuo quien se las auto impone no como obligación sino como necesidad, por el simple hecho de provenir o formar parte de "lo bueno", es decir una ciencia normativa, del “deber ser”, pero que debe siempre ser aplicable en la realidad, por tanto la ética es “un ideal”.
La relación de la ética y de la política han ido de la mano, sobretodo en las cuestiones comerciales, en las antiguas rutas de intercambio o trueque, y de compra venta, tal es el caso de la usura término poco conocido el término por varios de nosotros y que se menosprecia el mal que puede llevar dentro de si, por su forma de abuso, de dar, para siempre recibir algo mayor.
Si observamos que el fin de la política es alcanzar el bien común, esto no es posible más que con la ética política sedimentada en los ciudadanos que conforman la sociedad.
La política es ética por su fin, que “procura la vida buena a la multitud ”, este orden tiene pro si fuera poco, una garantía, que es la ley, la autoridad del Estado.
El ciudadano moderno, está llamado a no únicamente obedecer, sino también a configurar la política, en la democracia ese es el ideal
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